Créditos: Germán San Máximo (Historiador del arte)
La historia nos transporta al mundo nórdico de los años 535 y 536 d.C., donde la realidad se entrelaza de manera magistral con los mitos, reflejando un periodo oscuro en los territorios nórdicos antes de la era vikinga. El guion de Joshua Dysart está meticulosamente elaborado y profundamente inmerso en el mundo que pretende retratar. Un buen ejemplo de ello, aunque pequeño, es el uso de nombres protogermánicos para los capítulos/versos (ainaz para uno, twai para dos, þrijoz para tres, fedwōr para cuatro, fimf para cinco y sehs para seis), demostrando la dedicación y la excelente documentación que caracteriza esta obra. Es fascinante ser testigo de lo que se presenta ante nuestros ojos.
Dysart también menciona a personajes de la mitología nórdica sin identificarlos directamente, sino que se apoya en sus características y adjetivos, lo cual otorga al relato un aura mística y primigenia. Este enfoque es un verdadero acierto que nos permite disfrutar plenamente de cada giro del guion en esta impresionante historia que nos sumerge en su universo.
El dibujo de Tomás Giorello es complejo y abrumador, lleno de detalles que no dejan indiferente a nadie y que capturan el interés del lector una y otra vez. Su arte se complementa perfectamente con la maestría en el color de Diego Rodríguez, creando un conjunto espectacular que es, sin duda, una magnífica obra de arte que nos hace soñar despiertos. En varias ocasiones, se pueden apreciar ejemplos del arte vikingo en los estilos Ringerike y Urnes, destacando especialmente este último por sus diseños estilizados y esbeltos, que se entrelazan con trazos detallados en barcos, edificios y decoraciones. Giorello refleja esta influencia no solo en las decoraciones, sino también en la representación de escenas rápidas, sinuosas y caóticas.
También podemos observar detalles como la representación del símbolo de protección ægishjálmur en un escudo portado por uno de los protagonistas. Este símbolo era utilizado por los guerreros vikingos para intimidar a sus enemigos en batalla y como signo protector del portador. Aparece en varias sagas nórdicas, incluida la famosa Saga Völsunga, donde se narran las hazañas del héroe Sigfrido/Sigurd frente al poderoso dragón Fafnir. Estos son claros ejemplos de la detallada documentación pictórica con la que cuentan los creadores de esta obra magistral, que deleitará a los lectores más curiosos y exigentes..
Este es un verdadero placer artístico sobre el periodo oscuro que retrata, y precisamente por ello, expresa una gran imaginación que podemos disfrutar en cada una de sus páginas. La aventura que se nos muestra merece totalmente la pena, una maravilla artística que hay que tener y disfrutar.